Como tantas veces…
Me acerqué a tu puerta,
y no vi compuertas abiertas
para que la duda, la pena,
entrara en el refugio
de la respuesta calma.
Como media la distancia,
recurrí a la vorágine
de robar un tiempo…
y retrocedí en lamento.
Comprendí al instante,
que es casi vana utopía,
la dulce manía de darse
con las manos francas.
Ya es ofrenda extraña.
Todo lo marca el minutero,
todo lo apremia, no mide,
si hiere a lo puro, no mira,
tal es la prisa de ir tras la poco,
que trueca la esencia-ternura.
Me acerqué a tu alma
como tantas veces...
y, en mi egoísmo…
no percibí el cansancio
que causan… las palabras…
Un día del 2012
Tu opinión es importante, deja tu huella...gracias
Uy,amiga...qué bello, qué poderosamente triste y bello, de una melancolía y desesperanza supremas, desiluciones y quebrantos..."como tantas veces"...
ResponderEliminarHay terrenos excelentes para la siembra.
Hay otros, en cambio, en que nada parece brotar...
"El que tenga oídos para oír, que oiga"...
Felicito tu pluma.
Este poema ha traspasado mis huesos,amiga...
Te mando un beso grande, pero el abrazo es mayor.