La
vida en un vuelo. Lo abordamos con expectativas. ¿Qué sucederá en esa cabina de
tiempos? compartida con afectos que sostienen, que nos dan vida, el pasaje es
con fecha limitada, que implica cada nuevo ascender…
Tememos
a las turbulencias que se presentan, respiramos felices cuando la calma
envuelve, descendemos cada vuelo ganando en experiencia. Es constante el
aprendizaje en este misterio de habitar el cosmos. Elegimos destinos, sorteamos
escollos, las tomas de paisajes, de rostros amados, esos seres que iluminaron
nuestra ruta… quedan grabados para siempre en algo, que le dicen alma.
Y
un día, señales desde el Cielo, nos marcan la finitud de intentos, y comenzamos
a preparar un ligero equipaje, y no queremos abandonar la travesía sin antes
ver más frutos de cada retoño sembrado. Cuando el instante del despegue llega
con pre-aviso, se tiene tiempo para despedidas, ordenar quizá lo
tanto sentido y no dicho, el lo siento, perdón, te agradezco tanto todo
instante compartido, hasta pronto, te amo…
La
vida es un vuelo… el Piloto es Dios. Sólo nos llevamos el amor sembrado… y es
bueno predisponer a las alas. Mas nunca se sabe si ha de quedar suspendido… por
contingencia de un milagro…, ese vuelo…
© María del Carmen Menéndez García
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